sábado, 9 de diciembre de 2023

Los últimos días del Imperio Romano


Como aficionados a la historia ya sabréis que, al estudiarla, se da por finalizada la Edad Antigua, dando paso a la Edad Media, en una fecha muy concreta, el año 476, momento en el que el imperio romano de Occidente o más bien lo que queda del él, cae definitivamente en manos de Odoacro, jefe de una coalición de tribus bárbaras. Sin adentrarnos demasiado en los diversos motivos que condujeron a este final anunciado, hoy queremos dedicar esta  entrada a esos últimos días de un imperio en decadencia.


Introducción


La denominada crisis de la administración imperial en el siglo III y los violentos cambios del siglo IV anuncian el declive político, social y económico de la vieja Roma. 

Los ejércitos federados germanos, hasta entonces asociados con Roma para defender el Imperio, dejaron pronto de obedecer las órdenes imperiales. 



Equipamiento de los ejércitos de foederati del Tardío Imperio



Un poco de historia

El emperador Teodosio I el Grande, en el convencimiento de que es la única solución a los distintos conflictos a los que se enfrenta el imperio en Oriente y en Occidente, decide dividirlo entre sus dos hijos Arcadio y Honorio, siendo esta división efectiva a su muerte, en el año 395.
La dinastía de Teodosio desaparecerá en Oriente con la muerte Teodosio II (hijo de Arcadio y nieto de Teodosio I) en el año 450, quien será sucedido por emperadores de condición más militar como Marciano, León I, su nieto León II o Zenón padre del anterior

En Occidente la dinastía terminó con el asesinato de Valentiniano III (año 455), sucedido por varios emperadores de muy corto mandato. Tras el reinado de Libio Severo, el gobierno oriental de León provocó la instalación en Occidente de Antemio. Este fue asesinado por Olibrio, convirtiéndose así en el nuevo emperador. Tras la muerte de este, pocos meses después, el gobierno de Oriente envió a Flavio Julio Nepote Augusto para reemplazar a Flavio Glicerio, sucesor del mencionado Olibrio. Pero Nepote fue rápidamente desposeído del cargo por su Magister Militum (general en jefe del ejército) Orestes, viéndose Nepote obligado a buscar refugio en Dalmacia. El general Orestes, encumbró a su propio hijo, apenas un niño, Rómulo Augusto, al rango imperial. Con esta jugada se aseguraba el gobernar como regente hasta la mayoría de edad de su hijo, ya que Orestes no podía aspirar al rango de emperador por ser de sangre germánica. No obstante estaba casado con una romana de alcurnia y su hijo Rómulo, por tanto, si podía acceder al cargo.
Sin embargo, ni Zenón, ni Basilisco, generales en lucha por el trono de Emperador de Oriente, en aquellos momentos, jamás  reconocieron a Rómulo el título imperial. El control real ejercido en aquellos momentos por su padre Orestes, apenas sobrepasaba ya el territorio de la península itálica.

La caída de Roma

La presión de tribus de origen germánico, que se vieron obligadas a cruzar el Rhin ante el empuje de los hunos, esta vez dirigidos por un tal Atila, llevó a una coalición de esciros, hérulos y torcilingios, a reclamar tierras para establecerse como federados en la península itálica. Orestes, que apenas se había autoencumbrado en el cargo cuando se encontró con esto, rechazó las desorbitadas exigencias de las tribus (una tercera parte del territorio itálico) y estas se revelaron.
Odoacro, jefe de los esciros  y oficial en jefe hasta entonces de las fuerzas aliadas bárbaras, se enfrentará y vencerá a Orestes,  asumiendo entonces el poder total capturando al joven Rómulo, a quien perdonó la vida. Hábilmente, Odoacro, declinó usar el rango de emperador enviando a Constantinopla los emblemas imperiales reconociendo de este modo el poder del emperador de Oriente; en la carta adjunta que envía a Zenón le solicita ostentar el cargo de Dux de Italia. (en realidad Odoacro llegó a emitir moneda en la que se hizo titular Rey de Italia). La vida senatorial en Roma continuó como antes y los grandes cargos urbanos eran ocupados por miembros de la aristocracia de la Urbe. Se restauró el Coliseo y se promovieron en él entretenimientos y cacerías, incluso carreras de caballos en el Circo. La vida parecía transcurrir con normalidad. Rómulo Augusto, que "oficialmente" abdicó, al parecer según algunos historiadores, vivió una larga y tranquila existencia en una villa italiana de unos familiares, con una importante asignación anual para sus gastos. Nepote, desde Dalmacia, continuaba siendo el legítimo emperador de Occidente, su rango superior colocaba a Odoacro bajo su teórico mandato (nulo en realidad) y las apariencias se salvaban muy dignamente. Así pues, para los contemporáneos de la época, parecería que nada había "caído" de repente.
Formalmente, en lo que al estudio de la Historia se refiere, la toma del poder por el bárbaro Odoacro (año 476) se considerará por norma, el final del imperio romano de Occidente. A partir de entonces, Italia fue controlada por reyes bárbaros desde la Corte instalada en Rávena.


Al emperador Nepote le dura poco el cargo, ya más bien honorífico que otra cosa, allá en Dalmacia. Será asesinado por sus propios oficiales en el año 480. Huele a conspiración instigada bajo pago por Odoacro, quien ese mismo año se anexiona Dalmacia sin oposición alguna.
Pero a Odoacro tampoco le va a durar mucho el reinado. En el 489 es derrotado por los ostrogodos.


Cronologías

La "Crisis del siglo III"

235 asesinato de Alejandro Severo perdida de Hispania, Galia y Britania
268 derrota de los godos
284 Reunificación del territorio Diocleciano cierra la crisis
285 División de Diocleciano

El siglo IV

378 Batalla de Adrianópolis derrota de los ejércitos de Oriente
395 Teodosio a su muerte divide el Imperio entre sus dos hijos
402 Los godos invaden Italia
402 Honorio traslada la capital del Imperio a Rávena, ciudad más fácilmente defendible.
410 Saqueo de Roma por los ejércitos visigodos de Alarico I
447 Atila avanza por Iliria devastándolo todo ente el mediterráneo y el mar Negro
451 Atila se adentra en la Galia y es derrotado en la batalla de los Campos Cataláunicos
452 Atila se dirige a Italia y arrasa Aquilea, Milán, Padua... pero se detiene ante Roma.
453 Muerte de Atila, posiblemente envenenado por sus propios generales.
455 Nuevo saqueo de Roma, esta vez a cargo de ejércitos vándalos
472 Otro saqueo de Roma 
474 El emperador de Oriente León I, nombra a Julio Nepote emperador de Occidente
475 Nepote se retira a Dalmacia
476 Odoacro... la lía parda
480 Julio Nepote es asesinado por sus propios hombres. Odoacro se anexiona Dalmacia
489 Odoacro es derrotado por los Ostrogodos.
493 Muerte de Odoacro

 Cronología de los últimos emperadores romanos

- Valentiniano III 424-455
- Petronio Máximo 455 lapidado/asesinado por tratar de huir del inminente asedio de Roma
- Eparquio Avito 455-456 derrotado en Piazenza
- periodo intergeno 456-457
- Mayorano 457 461 ejecutado por Ricimero jefe militar "el hacedor de emperadores"
- Livio Severo 461 465  bajo mano de Ricimero
- Atemio 467 -472 ejecutado por Ricimero
- periodo intergeno 472-473 
- Flavio Glicerio 473-474 
- Olibrio 472 (fallece al parecer, por causas naturales)







Y ahora, juguemos a la Historia


Para los aficionados a las recreaciones históricas que nos siguen a través de nuestros blogs y redes sociales, hemos decidido dar a conocer algo más de nuestro trabajo en este sentido al incorporar en este blog en el que os encontráis, nuevas entradas sobre el tema, a lo largo de próximas fechas. Para seguir un orden cronológico hoy os presentamos Rávena año 476. La caída de un Imperio. Desarrollada gracias al editor de Mapas de uno de los juegos más populares de Haemimont Games, Imperium, la aventura nos traslada a los últimos días de un espejismo. Orestes, al frente de las pocas tropas romanas que ha conseguido reunir bajo su mando, se enfrenta a una revuelta de enormes proporciones. En Rávena ha dejado a salvo a su hijo el joven Rómulo, custodiado por una pequeña guardia de confianza.

¡La situación es incontrolable!¡ No encontrarás ayuda en la región! Estás solo.


Orestes y los últimos legionarios del Imperio. (Imagen del inicio del juego)


Condiciones para la victoria

- Orestes debe sobrevivir o... "Game over"
- Rómulo debe sobrevivir o... "Game over"
- Rávena no puede caer en manos de los bárbaros o... "Game over"


Consejos


- Recupera tu autoridad en la zona, necesitarás asegurar bajo tu control algunas fortificaciones que puedan servirte como refugio o simplemente como señuelo para alejar el peligro del asalto a Rávena.

- Actúa con prudencia, utiliza exploradores para saber donde te metes, ten en cuenta que las que ves son todas las tropas de que dispondrás. Puedes usar para ello campesinos, carreteros, o aprovechar la velocidad de tus équites (pero cuidado, que están contados).


- Aguanta el empuje inicial. La I. A. (inteligencia artificial) del juego, no siempre se comporta igual. Quizá tengas un poquito de suerte. Aunque el juego no esta pensado para vencer, siendo así fieles a la Historia, tienes alguna posibilidad de hacerlo, si utilizas bien los escasísimos recursos a tu alcance.


Ya disponible para socios y seguidores, usuarios de Imperium II y III.

Para obtener el archivo correspondiente, contactar con nosotros a través del correo electrónico indicado en el blog.

Otras entradas de este blog relacionadas, que quizá te interesen:


- Estrategia militar en el medievo
- La batalla de Poitiers 
- La batalla de Hastings
- Manzikert, 1071
- Legagno, 1176
- Kalka, 1223


Estos y otros enfrentamientos bélicos de la época, puedes encontrarlos tecleando en el buscador del blog (ángulo superior derecho de la pantalla): Batallas de la Edad Media



















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lunes, 9 de octubre de 2023

Guerreros medievales: Vikingos

No solo los caballeros de la Edad Media protagonizan este blog. Hoy desde la Asociación Cultural Mesaches hablamos de...


Vikingos


En las fuentes escritas escandinavas "viking" significa piratería o ataque pirata, y quien participa en tal ataque era llamado "vikingr". La raíz vik indica cala, fiordo o bahía. Así pues, un vikingo sería, literalmente, un pirata escondido en un fiordo o cala.


Sus temibles embarcaciones de guerra eran los llamados drakkars aunque también podían ser conocidos con otros nombres empleados para denominar a aquellos barcos de guerra como snkkja (=>delgado y saliente) o skeid (=> el que corta el agua) siendo el término drekar (=> dragón) el que derivaría al popular drakkar pues la proa y popa de estos barcos de guerra estaban siempre talladas asemejando cabezas y colas de animales, serpientes o dragones marinos por lo general. Y aunque estos barcos han pasado a la historia como las embarcaciones típicas de los pueblos vikingos, no hay que olvidar la coexistencia de estos navíos con otros también de origen nórdico, de tipo más comercial, de aspecto más ancho y alto los llamados knörr y kaupskip(ver la entrada "transportes y navíos de guerra medievales")






Los drakkars carecían de bodega, siendo la cubierta el único espacio disponible para la tripulación y sus pertenencias. El barco navegaba a vela mientras ello fuera posible, utilizándose la fuerza de los remos como algo excepcional, para maniobrar o en caso de guerra. Al entrar en combate, la vela era arriada y se utilizaban exclusivamente los remos para aproximarse al enemigo. En caso de tempestad en alta mar también eran de usarse los remos en sustitución de la vela desmantelándose incluso el mástil, que era apoyado junto a la verga sobre los soportes de los remos. El velamen, desplegado en forma de toldo a dos vertientes, servía entonces como refugio a los marinos que remaban así guarecidos del mal tiempo, bajo su lona. 



Con estas naves, los vikingos fueron capaces de realizar largos viajes que, bordeando la costa, les llevaron a los más distintos confines de Europa adentrándose hacia el interior del continente, tanto como el bajo calado de sus drakkars y la profundidad de los ríos, se lo permitiera. Ciudades como París o Pamplona y Zaragoza, aquí en nuestra Península, conocieron a estos fieros navegantes.



Pero además de las costas europeas, los vikingos también fueron capaces de navegar mar a dentro, hacia lo desconocido. Hoy día es sabido que fueron ellos los primeros occidentales en pisar tierras americanas. Durante cierto tiempo mantuvieron colonias en Terranova pero finalmente, la hostilidad de las tribus indígenas de la zona les hizo abandonarlas. 



Cuando realizaban incursiones, los vikingos preferían atracar sus barcos en isletas, o en la curvatura de un río, levantando rápidamente un terraplén empalizado en los lados más vulnerables. Era costumbre desmontar el mascarón de proa al aproximarse a tierra, para estar a bien con los espíritus de la zona. Ya pie a tierra, la formación de combate vikinga más frecuente, era la muralla de escudos, una gran falange de varias hileras de fondo, con los hombres mejor armados y acorazados delante.





Una variante de la falange vikinga era la "svynfylking" o formación de cerdos: dos hombres en primera fila, tres en la segunda y cinco en la tercera. Podían disponerse en bloques independientes o bien unidos por la base. Tras la falange se encontraba el jefe de la expedición, rodeado de sus hombres de confianza y los arqueros situados a lo largo de la formación.



Replica de espada vikinga


Además de la típica espada danesa, un arma de gran peso y del hacha en sus distintos tamaños, los vikingos empleaban lanzas de dos tipos, una para arrojar y otra para estoquear. El equipo solía incluir un cuchillo corto. Sus escudos circulares de madera se reforzaban de distintas formas, cubriéndolos con piel enteramente o solo el borde, o con metal tanto en el borde como en el centro. Los cascos eran cónicos, con o sin refuerzo nasal (jamás llevaron cuernos). El de la imagen, elaborado por nuestra asociación Mesaches en sus talleres de material reciclado para niños, está basado en un casco del siglo X encontrado en una tumba en Gjermundbu (Noruega).


Casco vikingo elaborado con material reciclado.









sábado, 9 de septiembre de 2023

Reinos de Taifas: Zaragoza

Como ya explicábamos en nuestra anterior entrada dedicada a la Taifa de Albarracín, en el año 1002 en la Península Ibérica, tras la muerte de Almazor, general en jefe de los ejércitos del débil Hixem II, se apodera del trono de Al- Andalus, Solimán, un usurpador cuya ambición personal cubrirá de sangre su reinado, hasta ser finalmente asesinado. Los nobles cordobeses nombran entonces al omeya Hixem III, pero es todavía más calamitoso que el segundo de los Hixem, por lo que pronto, la anarquía, destruirá la unidad árabe en España. Se crearán los llamados Reinos de Taifas. Casi cada ciudad o pueblo de Al-Andalus se proclama independiente, poniendo a su frente a notables locales.

La taifa de Zaragoza (llamada Sarakusta por entonces) contó con dos dinastías que se sucedieron a lo largo de un siglo en el trono.

Los tuyibies, descendientes de los árabes del sur que a comienzos del IX se habían establecido en la ciudad, así como en Calatayud y Daroca, y los Banu Hud, también árabes, que les arrebatarían el poder en el 1038.
Mundir I será el nombre del primer monarca de la taifa zaragozana una de las más extensas de la península. Un territorio que abarcaba importantes ciudades como Tudela, Huesca, Lérida Barbastro, Ejea y al sur Soria, Tarazona, Calatayud y Daroca.
Mundir, hijo de un sencillo caballero del ejército de Almanzór, había servido a las órdenes de los califas cordobeses, quienes le otorgaron su confianza ante el valor y destreza demostrados por este. Será en el año 1018 cuando Mundir se sentirá lo bastante fuerte como para proclamar su independencia del todavía existente Califato de Córdoba, fundando el Califato de Zaragoza. Aunque llegó a reinar tan solo tres años. Su hijo Yahya lo haría hasta el 1036 año en que accedería al trono el nieto, con el nombre de Mundir II y que tan solo reino dos años. Con apenas 19 años fue asesinado instalándose ahora en la taifa la dinastía de los Banu Hud que reinó hasta el 1046. A su muerte el reino de Sarakusta había sido dividido entre sus cuatro hijos, resultando las taifas de Lérida, Tudela, Calatayud y Zaragoza. pero el hermano mayor al-Muqtadir, haciéndose titulara "pilar de la dinastía" reducirá a sus hermanos, reunificando de nuevo el reino. Su reinado fue largo y se caracterizará por una gran actividad tanto política como culturalmente. Luchará en ocasiones contra los cristianos y en otras se aliará con ellos. 


El Cid visita la taifa zaragozana, recreación histórica realizada durante las primeras Justas de San Jorge.


Dará al reino salida al mar, conquistando Tortosa y conseguirá que su corte fuera una de las más brillantes del siglo, dando cobijo en ella a poetas, intelectuales y científicos, muchos de ellos huidos ante la intransigencia impuesta en Córdoba en los últimos años del Califato.



Al-Muqtadir fue quien mandará construir el palacio de la Aljafería o "mi palacio de la alegría" (Abu Ya´far) como lo llamó el mismo califa. En él, y bajo su propio mecenazgo protegerá las letras y las artes.



Durante aquella época, la taifa zaragozana vivirá un periodo de esplendor en el que impartirán sus enseñanzas poetas, filósofos y juristas desde principios del siglo XI. Serán estos el germen que propiciará la formación de intelectuales autóctonos que comenzaran a proliferar a mediados de esa centuria. Un ejemplo de ello es el gran erudito,  Avempace, uno de los pensadores más influyentes del Islam, destacando sus estudios en astronomía, matemáticas y literatura. Avempace se vio obligado a abandonar la ciudad al ser conquistada por los cristianos en el año 1118, contaba con unos treinta años de edad. Morirá en la ciudad de Fez en 1138. Sus aportaciones filosóficas influirán tiempo después en intelectuales como Aberroes o Maimónides.


A la muerte de al-Muqtadir, la taifa de Zaragoza caerá irremisiblemente en decadencia, sin que ninguno de sus sucesores pudiera ser capaz de hacer algo por evitarlo.
Yusuf al-Mu´tamin reinó tan solo durante cuatro años (1081-1085), le siguió en el trono Ahmad al-Musta´in (1085-1110) y finalmente ´Abd al-Malik que solo se mantuvo en el cargo durante algunos meses (de enero a mayo del 1110).
La presión ejercida por los reinos cristianos se había vuelto tan fuerte a partir del siglo XI, que muchas taifas se convirtieron en tributarias de estos. Mediante el pago de las llamadas parias, las distintas taifas se pretendían asegurar no ser molestadas por sus vecinos cristianos. Pero este sistema a la larga, llevará a la ruina a estas taifas, que terminarán por caer en manos de los cada vez más nutridos (y bien pertrechados a su costa), ejércitos cristianos. Y no solo cristianos.
Esta misma debilidad fue la causa del fin de los reinos de taifas a manos de los almorávides, una secta surgida en el norte de África, que atravesando el estrecho, en el 1086 extiende con rapidez su dominio por toda la península.
Ante el avance de los ejércitos cristianos en el norte y la incapacidad de ponerles ningún freno, el 31 de mayo de 1110  el gobernador almorávide de Valencia, a petición de los propios habitantes de Zaragoza, toma posesión de la ciudad. Su último rey, ´Abd al-Malik se retirará al castillo de Rueda de Jalón, desde donde gobernará un pequeño señorío hasta su muerte, ocurrida en 1130.





domingo, 21 de mayo de 2023

Los caballeros en la mesa


La entrada de hoy en nuestro blog, está dedicada a lo que podríamos llamar costumbres y vida cotidiana.

Imaginemos... Es día de fiesta, unos de los muchos dedicados a honrar a los santos, que salpicaban asiduamente el calendario de la época. Y el señor del castillo tiene invitados ilustres...
Una de las pocas muestras de “etiqueta” en las cortes cristianas de la época era el acudir a la misa matutina celebrada antes del desayuno a la que todos los cortesanos, como era natural, debían asistir sin excusa.
Ya en la mesa, los cubiertos utilizados se limitaban al cuchillo para cortar y  la cuchara para tomar los caldos, comiendose el resto de alimentos con la mano. Las cucharas se prefería que estuvieran realizadas con asta de cuerno a las de madera, porque las primeras no mezclaban los sabores.

En la gran sala, comían y dormían por igual nobles, cortesanos, vasallos, perros y gatos. Las enormes mesas, eran simples tablas sobre caballetes, donde comían simultáneamente los cortesanos sentados en rudos bancos de madera o piedra. Al finalizar la velada, estas mesas se convertían en improvisadas camas para acomodar a los invitados.
Pesadísimos y grasientos asados, eran la dieta generalizada en la zona cristiana. Anguilas, morcilla negra, pastel de alondras y requesón... La verdura era considerada comida de gente humilde y los médicos cristianos prohibían la fruta “por la acidez”, que se decía  nociva para el estómago. 




Entre los cristianos, prácticamente no había higiene. Las prendas exteriores no se limpiaban prácticamente nunca, sin embargo las interiores de lino, solían lavarse con cierta regularidad. Los vestidos de la gente olían siempre a humo de leña que hacia las veces de “desodorante”.
Las largas barbas de los hombres y las tocas de las mujeres ocultaban gran cantidad de parásitos. El baño, hasta la segunda mitad del siglo X, fue únicamente una forma de ritual cristiano de embalsamamiento, reservado a los hombres ilustres. A finales de este mismo siglo, los cristianos comienzan a bañarse "estando vivos", por imitación de los árabes.


Pero, con el tiempo, los modales en la mesa se van puliendo, especialmente por influencia oriental. Detalles como, el aseo personal, la vestimenta, la cortesía, el uso de hornamentaciones,  o incluso ambientación musical, o de mantelería tal y como vemos en la imagen superior, fechada hacia finales del siglo XV, serán habituales ya avanzada la Edad Media.

"Un caballero cortés deberá tener siempre buen aspecto, estar limpio y bien peinado y vestir ropas ricas y hermosas, hablar bien y ser tranquilo y modesto, pero a la vez divertido y alegre. Jamás mostrarse ofensivo, tratar a las damas con especial respeto, saber mantener una conversación amena, y tener buenos modales en la mesa."

Hasta nuestros días han llegado distintos escritos de la época, que describen, las mayoría de las veces con bastante ambigüedad, numerosas recetas medievales de las diferentes culturas que cohabitaron en nuestra península en aquel tiempo. Muchas de ellas resultan sorprendentes. En nuestra Asociación hemos realizado un cuidadoso trabajo de recreación al respecto, 

Si tenéis curiosidad por el tema gastronómico, en nuestro otro blog: asociacionculturalmesaches.blogspot.com, encontraréis numerosas entradas que pueden interesaros. Buscad el post "Guía de entradas gastronómicas Mesaches" y a partir de ahí, podréis localizar historias y recetas que puedan ser de vuestro interés.



























r 186

domingo, 9 de abril de 2023

Vida cotidiana: la vivienda popular

En una pasada entrada del 2021 dedicada también al apartado de este blog al que hemos clasificado como la vida cotidiana, hablábamos del mobiliario medieval. Hoy es momento de que dediquemos un tiempo también a la vivienda de la época.

Esquema de la entrada

- Materiales y técnicas constructivas

  . La madera
  . La piedra
  . El barro
  . Combinación de materiales

- Tipos de viviendas

   . Viviendas rurales
   . Viviendas urbanas

Siempre resulta difícil tratar de generalizar en temas tales como la gastronomía, el vestuario, o la vivienda, cuando se intenta abarcar una determinada época de larga duración, como la Edad Media y sobre una geografía tan extensa como es la Europa de aquel entonces. No obstante trataremos de hacer un resumen lo más variado posible, acerca de las viviendas más comunes en la Edad Media, sea cual sea la geografía, la de alta montaña y la del valle, la vivienda urbana y la del campo.

Empecemos por hablar de los diferentes materiales constructivos más frecuentes en la época:

La madera 

Muy abundante en aquella época en la que Europa todavía estaba cubierta de abundantes y frondosos bosques, capaces de abastecer una demanda por entonces aún sostenible. En construcción podía utilizarse, bien como un elemento estructural en vigas, muros o tejados, o bien enteramente como elemento constructivo. Las viviendas rurales de madera han estado presentes en el paisaje de la Europa del Este durante siglos, mucho después de terminada la Edad Media. 

Un elemento cálido y un excelente termoaislante, tenía como inconveniente la peligrosidad que llevaba consigo el echo de que la única manera de calentar o iluminar un espacio, era a base de utilizar el fuego. Por no hablar de los incendios provocados por ataques de invasores o bandidos...

Por lo general y para evitar que se filtre el agua o el viento, las juntas recibían una capa de mortero bien de arcilla o bien de excrementos del ganado bovino o caballar.


La piedra 

En las montañas, o allá donde la naturaleza del terreno lo permitiera, la piedra era un material de construcción nada desdeñable. Sólido como ninguno otro, bien aglomerado, una casa construida en piedra proporcionaba una perfecta y duradera protección a sus moradores. Y en caso de incendio, este se limitaría a vigas interiores o tejados, relativamente fáciles de sustituir o reconstruir. Una casa de piedra digamos "tamaño familiar" de por aquel entonces era relativamente fácil de construir si disponías de material adecuado. No importaba demasiado el tamaño o forma de las piedras. no se trataba de erigir una catedral, bastaba con subir unos muros medianamente espesos  y tan altos como ganas tuvieras de trabajar, siempre podías ganar altura al subir algo más el tejado o bien rebajar el nivel del suelo. Los muros levantados con este tipo de piedra "no trabajada" se denominan en arte paramentos de mampostería irregular o de sillar irregular y eran bastante frecuentes entre construcciones rurales. Requería algo de tiempo seleccionar cada piedra para encajar las diferentes formas de estas piedras entre si. En los huecos entre ellas se trataba de empotrar, sin forzar demasiado los guijarros más pequeños. Este estilo de trabajo en el que no se emplea ningún tipo de mortero, se denomina a cuerda seca. Emplear este sistema no quita para que una vez acabada la construcción sus habitantes no decidieran sellar por dentro o por fuera los muros con barro o excrementos para evitar la pérdida de calor.

Precisamente para evitar esto, la otra forma de trabajar este tipo de muros de piedra era utilizar algún tipo de mortero natural como la simple tierra del lugar mezclada con agua y algo de paja menuda. El tiempo que necesitabas en hacer la masa lo ganabas en no ser tan selectivo con las piedras. Otro tipo de mortero de la época, claro no siempre a mano, sería el que emplearía cal y arena.

En cuanto al uso de piedra tallada, por estilo de piedra a emplear, no por su tipo geológico, por su forma de tallado, los paramentos pueden estar construidos por sillares, piedras de gran tamaño labradas en forma prismática,con todas sus caras perfectamente lisas, o por sillarejos, piedras menores en forma prismática, pero con sus distintas caras labradas en basto. Unas y otras  requerían de un trabajo especializado de cantería, solo que en distinto grado, lo que suponía un tiempo y un elevado precio del producto y eran por tanto algo casi exclusivo de utilizar bien con fines bélicos en la construcción de castillos o atalayas, o bien religiosos para erigir iglesias o ermitas.

Las casas de piedra, con un mantenimiento adecuado, han logrado sobrevivir durante siglos. Si debemos encontrarles un inconveniente, ese será sin duda la frialdad tan característica del interior de estas construcciones.

El barro

El más humilde de los elementos,  resultará  posiblemente el mejor de los materiales de construcción. Es fácilmente accesible, maleable, un perfecto termoaislante... en un tiempo en que cada cual tenía que valerse por si mismo, un campesino y su familia podía construir, reconstruir, o ampliar una vivienda, con la sola ayuda de sus manos (o casi, casi como veremos).

El barro podía utilizarse básicamente en dos formas o sistemas constructivos diferentes, que no requerían unas herramientas demasiado especificas o el empleo de hornos y que ahora vamos a explicar de una forma breve y sencilla:

- Levantar muros de tapial.

Era este un sistema muy sencillo de trabajar. Consistía en ir elevando las paredes de una construcción (una vivienda, un muro divisorio...) mediante la ayuda de unas tablas de encofrado cuyo espacio entre ellas (un par de palmos como mínimo) iba rellenándose de barro entremezclado con materiales como paja,  pelo de ganado vacuno, crines de caballo... para a continuación, compactar todo ello con el peso de tu propio cuerpo pisando una y otra vez el material, o bien con la ayuda de un herramienta rudimentaria, una simple piedra plana y pesada, unida de alguna forma a un palo largo y fuerte denominada pisón. Tapial es el nombre de la tabla empleada para encofrar y tapia el nombre del muro creado con este sistema.

 Un método, relativamente rápido de construcción, (precisaba dejar un tiempo prudencial de secado antes de subir la siguiente hilada de encofrado) no precisaba como hemos visto de herramientas especiales, habilidades particulares, ni conocimientos de arquitectura para poder construirte un cobijo decente para ti y tu familia.

- Construir con adobe

Se requiere más tiempo, algo de infraestructura (muy básica eso sí) y una planificación adecuada. Un adobe es un pequeño bloque de construcción macizo echo de barro seco, pero no cocido, mezclado con algo de paja. Fabricar este tipo de bloques estaba al alcance de cualquier campesino de la época. Era preciso eso sí, construir previamente en madera un molde cuadrado que te permita una vez relleno de la mezcla de barro y paja, crear tus adobes todos iguales. Se aplasta un poco la masa para compactarla y se añade más. Se vuelve a compactar. Con ayuda de algo recto a modo de regleta, se elimina el material sobrante. Todavía en tierno, el adobe se saca de su molde y se deja secar al sol. A continuación se vuelve a rellenar el molde con la pasta y se vuelve a repetir el proceso una y otra vez. Habiendo preparado previamente una buena cantidad de masa, en una sola jornada se pueden preparar un gran número de bloques. Tras un tiempo prudencial de secado, tus adobes están listos para ser usados. 

Este elemental sistema de producción artesanal, en muchas ocasiones permitía obtener un sobrante de material que se podía intercambiar por otros productos, por lo que era frecuente que un campesino y su familia dedicase algo de su tiempo, entre faena y faena, a la producción de adobes.

Tanto las construcciones de adobe, como las de tapial, por sus características requerían de unos cuidados de mantenimiento similares. Como puede comprenderse fácilmente, unas fuertes lluvias prolongadas pueden acabar echando por tierra todo tu esfuerzo constructivo, convirtiendo tu vivienda en puro barro. Para que esto no suceda, este tipo de construcciones se cubrían con tejados de grandes voladizos. Dada la escasa altura que alcanzaban estas viviendas, este método de protección resultaba bastante eficaz aunque no suficiente. Los muros de adobe y tapial recibían una capa de revoco del mismo material, barro, como de un par de dedos de grosor. Aunque no dejaba de ser también barro seco, la función de esta capa era proteger el muro de la lluvia, de manera que en caso de que esta fuera intensa, el daño solo afectara al propio revoco. Pasadas las lluvias, bastaría con jarrar las partes afectadas donde se haya desprendido el revoco.

Por cuanto se ha dicho, puede entenderse que este tipo de construcciones son adecuadas para una geografía de clima mediterráneo, e impropias en áreas de gran pluviosidad durante todo el año. Y aunque en época de lluvias resultaran ser casas húmedas, en verano resultaban frescas pues las paredes absorbían el calor del Sol durante el día y lo expulsaban lentamente durante la noche. Y en invierno mantenían el interior relativamente cálido con el calor deprendido por el fuego del hogar.

- La réjola

Construir un edificio de réjola más comúnmente conocido este material como ladrillo cocido, tenía todas las ventajas termoaislantes de los anteriores y ninguno de sus defectos respecto a las humedades o las fuertes lluvias. Resultaban construcciones sólidas, macizas, cálidas, perdurables en el tiempo con un mantenimiento mínimo. Pero ¿donde está entonces la traba? si era un material tan bueno... (conocido ya desde la antigüedad persa) ¿por qué no se construía siempre con ladrillo? sencillamente era una cuestión de precio.

Fabricar ladrillos suponía un gran coste. Para empezar la materia prima no podía ser cualquiera. La arcilla empleada de base debería ser la adecuada, libre de impurezas, cualquier pequeña piedrecilla o similar podía hacer deformarse o incluso romperse el ladrillo durante el proceso de cocción afectando con ello a veces, no solo al propio ladrillo, sino al quebrarse, echar a perder algunos otros de los que le rodean.

Eso acarrea que los ladrillos deben fabricarse en la zona donde la arcilla es la más adecuada, y alrededor de esa zona deben establecerse los hornos adecuados para cocerlos. Además en la zona debe haber siempre leña suficiente para abastecer estos hornos, de lo contrario el transporte de la misma encarecería en producto. Sobre coste que se añadiría al propio coste de transportar el ladrillo una vez cocido, hasta el lugar de construcción. Como veis para construir en ladrillo deben darse toda una serie de circunstancias favorables que no se darán en la Edad Media, hasta bien avanzada esta. El ladrillo requiere de una demanda que sea lo bastante fuerte como para crear ese mínimo de infraestructura básica que se precisa para su fabricación, mano de obra especializada, transporte, pero lo que es más importante, una situación de estabilidad social que permita crear todo ese mundo necesario alrededor de la producción y el transporte del material. Y esto solo se consigue hacia el final del medievo.

Esa fuerte demanda provendrá al principio sobre todo de la necesidad de construir edificios imperecederos ya sea públicos como iglesias, lonjas de comercio, como privados, residencias urbanas para la nobleza, que se traslada a los nuevos centros de poder y comercio en que se transforman la ciudades, o para las nuevas clases altas emergentes que puedan permitirse tales dispendios. El grado de perfección y belleza de algunas de estas construcciones llegará a alcanzar la categoría de arte, el mudéjar.

Para el resto de los mortales, el ladrillo se limitará a ser usado ocasionalmente y por lo general como elemento estructural-decorativo en jambas de puertas o ventanas sobre todo, o en ocasiones, basamentos, aleros, o poco más, todo por supuesto, según el poder adquisitivo de cada cual.

- Combinar materiales

Sobre la base de estas tres materias primas y con arreglo a la disponibilidad del entorno, la climatología y otras circunstancias. las viviendas medievales podían construirse combinando más de una técnica buscando la máxima eficacia en el resultado final.

Bases sólidas de piedra o ladrillo evitarán las filtraciones de humedad por capilaridad. Una estructura de buena madera tabicada con tapial o adobe y reforzada en los principales ángulos con travesaños de madera soportará mejor la presión del peso de las gruesas paredes permitiendo alzar las nuevas construcciones en dos y hasta tres alturas además de añadir soportes capaces de duplicar la superficie de tejado voladizo. Si además sustituyes o incorporas un jarrado  cuya base de mortero en lugar de arcilla sea un material más resistente a la intemperie como la cal, te aseguras una vivienda capaz de resistir el paso del tiempo para ti y para tus descendientes posiblemente durante varias generaciones.


Y ahora vamos con el siguiente punto. Ya sabemos de que y como estaban construidas las viviendas medievales. Pero... ¿cómo era el aspecto del interior  de una de estas viviendas? y su exterior?

Aquí es donde más difícil puede resultar el tratar de generalizar. No obstante, vamos a tratar de dar ahora algunas pinceladas sobre el tema.

A parte de con qué tipo de material está construida y revocada una casa o si es rural o urbana hay algo que marcará el aspecto y silueta de una casa, el clima local. Los tejados de las casas deben adaptarse lo mejor posible a una climatología adversa, siendo más inclinados cuanto mayor sea el riesgo de nevadas intensas o prolongadas, mientras que serán pandos en zonas de climas suaves o incluso en terraza en los climas más secos.

La silueta también cambiará con arreglo al tipo de casa según sean rurales, viviendas más anchas y bajas de una sola planta, o urbanas, donde la importancia de sacarle el máximo partido al espacio, léase cada metro cuadrado de solar disponible, obliga a sacarle el máximo partido tanto hacia arriba construyendo una planta o incluso dos, más el altillo, como hacia abajo, excavando una bodega más o menos espaciosa.

En su interior también diferían bastante unas y otras viviendas pues tenían que adaptarse a cometidos distintos aunque en algunos aspectos similares.

Para el campesino y su familia, que pasan la vida a la intemperie ocupados en las múltiples tareas que les requieren, su vivienda era el lugar donde refugiarse de los elementos, donde dormir a cobijo, donde pasar los largos oscuros e interminables días de invierno y tal vez si llegan a alcanzar la vejez, donde descansar arropados por su familia. Pero también es el espacio donde recoger sus escasas pero valiosas herramientas, sus aperos y donde sobre todo, cobijar sus animales al oscurecer ante la amenaza de las alimañas y de los amigos de lo ajeno.

La vivienda del campesino se limitaba por lo general a una gran y única estancia polivalente. Almacén, cocina-sala de estar, durante las horas de día, se convertía en dormitorio común-cobertizo de animales durante la noche. Reduciendo su acceso a una única puerta al exterior, sin ventanas, cuidando no dar puntos débiles a su defensa, su interior era oscuro ennegrecido además por el hollín y la ceniza del hogar que todo lo envolvía (las chimeneas, tal y como hoy las conocemos tardaron en hacerse algo frecuente en el medievo).

No tan lúgubres posiblemente y mejor ventiladas fueran las viviendas urbanas. como hemos dicho más pequeñas en planta, esta solía contar con un pequeño patio o corral interior. Una puerta a la calle y otra al corral eran los únicos vanos de los muros en la primera planta o planta comedor-cocina. Aunque si eras un artesano bien podías pensar en darle mayor vista a tu trabajo con una ventana abierta al público donde se aprecie tu taller y tu obra en una especie de antesala separada de lo que sería propiamente tu espacio privado. Lo habitual además en estos casos era trabajar a la puerta de tu casa en algún tipo de caballete de quita y pon, al cobijo de alguna lona o tela vistosa o bien de algún modesto porche fijo o desmontable según, si las ordenanzas municipales lo permitían.




La planta de arriba era la ubicación de los dormitorios de la familia. Esta planta dispondría de ventanas y algún tipo de contraventanas, (los cristales tardaron mucho tiempo en hacerse algo habitual en las casas) tanto hacia el exterior como hacia el patio, para aprovechar el espacio al máximo. No era infrecuente habilitar una parte de la zona más alta de la estancia o su totalidad como una especie de almacén-granero, pues solía ser lo habitual disponer de algunos animales como gallinas o incluso cerdos para el consumo propio. Al igual que en el caso de las viviendas rurales estos animales dado su valor, se recogían en el interior de la vivienda al anochecer. Como recurso adicional con el que obtener alimento extra, muchos de estos altillos/graneros se transformarían en palomares.


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-Vida cotidiana. Mobiliario medieval
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- Los caballeros en la mesa.
- Los heraldos en la Edad Media.
- Copistas y miniaturistas.
- Literatura medieval en los reinos hispanos.
- Transportes y navíos de guerra.
- Ganadería y agricultura en el Aragón medieval.
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viernes, 24 de marzo de 2023

Al-Andalus: Ziryab

Hoy vamos a dedicar esta entrada a Ziryab y su influencia en Al-Andalus. Empezaremos por su biografía y nos adentraremos en como llegó a Córdoba y revolucionó la corte.


Abu Al-Hassan Alí ibn Nafi:

- Su vida

- Influencia en Al-Andalus:

    . música

    . gastronomía

    . vestimenta 

    . belleza

    . juegos





SU VIDA

Abu Al- Hassan Alí ibn Nafi, más conocido como Ziryab (en persa: mirlo) llamado así por su voz melodiosa y su tez oscura,  nació en Bagdad en el 789. Desde muy joven se destacó por ser el alumno aventajado del gran músico y cantor de la corte  Ishaq al-Mawsili. Este lo llevó ante el califa para que conociera a su gran alumno pero... a partir de aquí nada fue igual. 

Según los escritores de la época, Ziryab fue invitado a tocar por el califa Harun al-Rashid, cuando su maestro le cedió su laúd, este lo rechazo, argumentando que para que el califa apreciara su música, tenía que transmitirla con su propio instrumento. Ziryab le explicó que su laúd era distinta de los demás y que él mismo había hecho algunos arreglos para que sonará mejor. Estos arreglos consistían en añadir una cuerda más, alargar el mástil y hacer el instrumento más ligero. Cuando el califa lo escuchó cantar, quedó prendado de su maestría y de su voz. A partir de aquí su vida cambiaría y no prosperaría hasta su llegada a Córdoba.  Los celos de su maestro fueron tales que obligó a Ziryab a abandonar Bagdad. Este forzado destierro le llevó con sus cantos y su música a recorrer tierras de Egipto, Palestina... las cuales hicieron enriquecer aún más si cabe su música. En uno de los últimos lugares donde residió, llegaron a sus oídos noticias de al-Andalus y decidió escribir al emir de Córdoba para ofrecerle sus servicios. Aquella carta se la daría a un mercader, pero este se olvido de hacerla llegar, pensando que al emir no le agradaría un músico de tierras tan lejanas. No obstante, el emir había oído hablar de él a través de un músico a su servicio, Abul-Nasr-Mansur, e inmediatamente lo mando llamar. Cuando Ziryab, en el 822 desembarca en Algeciras, le llega la noticia de que el emir que tanto le había prometido, ha fallecido y baraja la idea de volverse a África. 

El sucesor de Al-Hakam I, su joven hijo Abd-er-Rahman II, le mantuvo el contrato que su padre le había ofrecido. Fue agasajado con regalos y llevado a la corte, permaneciendo allí tres días hasta que conoció al emir. Ziryab fue reconocido por el emir, este le ofreció una pensión de 200 dinares al mes, el usufructo de algunas tierras prósperas en Córdoba y se instaló con Fata Nasr, familiar y hombre de confianza del emir en la Almunia Munyat Nasr. 

El talento de Ziryab ¡por fin! era reconocido 


 INFLUENCIA DE ZIRYAB  EN AL-ANDALUS

Ziryab llevaría a al-Andalus todos sus saberes recogidos en Bagdad,  renovó por completo no solo la música, sino también la gastronomía, la etiqueta en la mesa y la vestimenta de la época del califato.

Música

La música fue muy importante en Córdoba durante el siglo IX.  Fue este gran músico quien creó el primer conservatorio de música andalusí y sus hijos e hijas fueron los principales transmisores de este legado.  Se destacó como pedagogo, e introdujo una nueva metodología para enseñar canto.

Según Martín Moreno, Ziryab fue el primer compositor de los cantos árabes conocidos con el nombre de moaxajas. También se le atribuyen las primeras normas para la sucesión de cantos conocidos en Turquía con el nombre de faacel, en el mundo oriental como ovasla, y en África del norte como nuba.

Tendríamos que añadir importantes cambios en el campo de la instrumentalización empezando por su propio laúd que pesaba un tercio menos que los demás, sus cuerdas eran de una seda que no estaban hiladas con agua caliente, perdiendo su debilidad. El bordón y la tercera cuerda las fabricó de intestino de otro animal, que no con el que se fabricaban normalmente, para darle más dulzura y sonoridad. Añadió  también una quinta cuerda y  además cambio la forma de tañir el ud, como se llama el laúd árabe, que lo hacían con una púa de madera y Ziryab con una pluma. Se dice que sería el antecesor de la guitarra.

" El laúd tradicional constaba de cuatro cuerdas, que según el simbolismo de los teóricos correspondían  a los cuatro humores del cuerpo humano: la primera era amarilla y simbolizaba la bilis, la segunda de color rojo simbolizaba la sangre, la tercera, blanca sin teñir, simbolizaba la flema, mientras que el bordón teñido de negro, era el símbolo de la melancolía. la quinta cuerda añadida por Ziryab simboliza el alma. Estaba teñida también de rojo y  colocada en el centro, entre la segunda y la tercera, aumentando las posibilidades expresivas del instrumento". ( Historia de la Música de Andalucía, Martín Moreno)


Gastronomía

Intrudujo nuevas frutas y verduras como los esparragos, las ensaladas de alcauciles ( alcachofas pequeñas)  y los guisos de habas ( guiso conocido en la actualidad en Córdoba como ziriabi). A él también se le atribuyen las albóndigas, y los escabechados con vinagre y especias. Trajo a la península manjares de frutos secos y especias y posiblemente lo que podríamos llamar el antecesor del pisto elaborado con aceite de oliva, berenjenas, calabacines, cebollas y membrillo aromatizado. 

Hizo que la gastronomía de aquella época se inundará de sabores y olores, se utilizaban las almendras, los pistachos, los piñones así  como los jarabes, sorbetes,... elaborados a base de agua de rosas y  agua de azahar y zumos de naranjas amargas.

Creó la receta conocida como zirbaya a base de queso fresco, cordero o ternera con una base de almendras, azúcar y vinagre.

Ziryab no solo revolucionó la gastronomía aportando nuevas formas de cocinar e ingredientes desconocidos sino que renovó por completo  la etiqueta de la época del califato. Impuso la moda de poner manteles de cuero fino, en vez de los de basto lino, en las mesas. Así como la forma de servir los platos ( primero, segundo y postre) sustituyendo a la forma de servirlos anteriormente que se hacía todos a la vez y humeantes.  Logró que el invento del cristal  sustituyera a los metales preciosos en vasos, copas y vajillas según él, estos le daban a las comidas y bebidas un sabor diferente y con el cristal a parte de que se veía lo que ingerías, esto no se apreciaba.


Vestimenta

También influyó en la manera de vestir. La moda de la época era bastante simple, la vestimenta utilizada tanto  por hombres como por  mujeres eran comunes, consistía en una prenda llamada qamis ( una especie de camisa) y sobre este iba la guilala y unos "pantalones" largos y estrechos ajustados con un cordón, los zaragüelles. En invierno sobre este ropaje llevaban una especie de túnica gruesa de piel de oveja o de conejo. Las piernas las llevaban cubiertas con una especie de medias de lana y botas de cuero. En verano llevaban una especie de sandalias o chancletas, más bien con suela de madera (yanka)  o unas alpargatas con suela de cuero. 

Según nos cuenta Ibn Hayyan, historiador de la época, a Ziryab esto no le gustaba. Introdujo el tipo de vestuario según las estaciones, ropa oscura y pesada para el invierno y más ligera y clara para las épocas de más calor. También impuso los trajes vaporosos de seda, túnicas, abrigos de piel en invierno y trajes claros en verano entre la clase alta andalusí. 


Belleza

Se dice de él  que "abrió", lo que podríamos denominar hoy en día, el primer centro de estética para que las damas aprendieran a maquillarse correctamente,  donde hombres y mujeres acuden para cambiarse el peinado. 

Hasta la llegada de Ziryab, los hombres llevaban la cabeza descubierta o con un gorro de lino, principalmente; las mujeres se cubrían el pelo y ataban el pañuelo a la nuca o utilizaban un velo, que también les cubría el pelo. con las puntas caídas en el pecho. La moda llegada de Bagdad impuso nuevos tocados: altos gorros, capelos cónicos de terciopelo bordado o incrustaciones de pedrería y tocas de brocado o de fieltro.

El crea las tendencias, las mujeres lucen flequillo dejando la nuca y la frente al descubierto y los hombres con raya en medio y con un largo de cabello que dejaba libre las orejas, las cejas y el cuello.

Creó un champú para el pelo a base de agua de rosas y sal, creo también una pasta de dientes.  Desarrollo un desodorante axilar e introdujo el hábito de bañarse dos veces al día.


Juegos

Introduce un juego de estrategia de origen persa  que pronto gustará a la nobleza y a la milicia, el juego que hoy conocemos como ajedrez.


Curiosidades

- En Córdoba uno de los conservatorios de música lleva su nombre, así como un coro.
- Un calle y una plaza de esta preciosa ciudad lleva su nombre además de una estatua.
- Paco de Lucía le rinde un homenaje en uno de sus discos denominado Ziryab





sábado, 18 de marzo de 2023

Castillos aragoneses: Trasmoz

Hoy desde la Asociación Cultural Mesaches, en su blog dedicado a la Edad Media, "Justas de San Jorge", vamos con una entrada dedicada a los castillos de Aragón. Os hablaremos del castillo de Trasmoz.


La fortaleza que nos ocupa, se alza en un pequeño cerro situado en plena Sierra del Moncayo, 



A sus pies se asienta el zaragozano pueblo de Trasmoz, a unos 80 kilómetros de Zaragoza, apenas una hora de viaje desde allí.


Historia

Se tiene constancia de la existencia de este enclave militar desde el año 1185 según corroboran fuentes navarras. Por entonces el castillo se limitaría a poco más que el torreón central, o torre del homenaje. Este tipo de edificación se conoce en realidad como dojón.


El primitivo donjón de Trasmoz, se trataba de una construcción de planta cuadrada, originalmente rematada en almenas, hoy desaparecidas tras la profunda restauración llevada a cabo recientemente en el torreón para evitar su ruina. 

Estaba dividido este, en cuatro alturas interiores en las que se encontraban ubicadas las despensas, cocinas, las estancias para albergar un mínimo de tropas, y en la parte superior, las estancias privadas del señor, o tenente.

Para acceder a su interior, como era habitual en este tipo de construcciones, el torreón disponía de una única puerta de acceso situada como mínimo a unos tres o cuatro metros del suelo, a la que se accedía por una no muy robusta escalera de madera, fácil de destruir  por los propios ocupantes del donjón, en caso de asalto. Con los víveres y pertrechos a su alcance y la guarnición disponible, los ocupantes solo tendrían que avisar del peligro mediante señales luminosas desde la terraza, dirigidas a otras torres o atalayas de las proximidades, y aguantar el asedio unos días hasta la llegada de auxilio del exterior.

Aquí podemos observar la altura a la que está  situada la puerta de acceso


Importancia estratégica

Situado a caballo entre tierras aragonesas y navarras, esta plaza fue disputada por uno y otro reino hasta que en el año 1232 pasaría definitivamente a manos aragonesas gracias a la intervención del rey Jaime I de Aragón.

Desde lo alto del torreón se domina una amplia vista...

Desde aquí podemos apreciar el espesor de sus muros

...lo que hacía del torreón, una atalaya de observación perfecta para detectar a tiempo los movimientos de tropas del enemigo con el tiempo suficiente como para reaccionar. De ahí su importancia estratégica.

 Otra vista donde podemos apreciar el acceso a la torre y su elevación


Acabadas las diputas con Navarra, será ahora Castilla quien forme linde con Aragón y las disputas fronterizas entre ambos reinos estarán, como no, a la orden del día. Trasmoz continuará teniendo un papel de gran valor en esta turbulenta época, por lo que el primitivo dojón pasará definitivamente a convertirse en la torre del homenaje de todo un castillo construido a su alrededor, aunque fue este un proceso lento y progresivo. El muro exterior, que hoy podemos contemplar, así como las torres que lo jalonan, son pues como decimos, posteriores añadidos a lo largo de los siglos XII, XIV y XV. Unos tiempos convulsos en los que la fortificación inicial ha ido incorporando elementos como aljibes, almacenes...


... hasta alcanzar las dimensiones definitivas que permitieran, si fuera necesario, soportar largos asedios, dando refugio no solo a un mayor número de tropas para su defensa, sino también a la población local.

En esta imagen aérea del castillo, capturada gracias a Google Maps podemos apreciar las proporciones finalmente alcanzadas por la construcción.



 
Posteriormente a esas fechas, con la unión de los reinos de Castilla y Aragón, el castillo perderá su defensiva razón de ser, lo que a la larga supondría su ruina. El castillo sufrió un terrible incendio en la primera mitad del siglo XVI, quedando la fortaleza definitivamente abandonada a su suerte. El pillaje de todo aquel material rescatable de entre los restos, por parte de la población local, lo llevó a un estado de ruina mayor si cabe, durante los siglos posteriores.

En el siglo XIX, el poeta y narrador Gustavo Adolfo Bécquer y su hermano el pintor e ilustrador Valeriano Dominguez,  al visitar estas tierras, quedaron prendados por la romántica belleza del lugar y sus historias y leyendas, dedicándoles obras que las inmortalizarán para siempre.

Las ruinas del castillo, vistas por Valeriano

Ya en nuestros días, el industrial Manuel Jalón, en los 70, adquirió esta fortaleza por subasta, pues por aquella década el estado español utilizó este método para deshacerse de muchos de estos monumentos en ruinas.

En el año 2020 pasó a ser propiedad municipal.

Actualmente rehabilitada, su torre es la sede del Museo del castillo de Trasmoz, donde se exhiben numerosos restos arqueológicos de las excavaciones llevadas a cabo durante la restauración, así como algunas réplicas de armas y armaduras de época.
También se exhiben allí los elementos del antiguo Museo de la brujería de Trasmoz, hoy trasladados al torreón, su nuevo emplazamiento.