Este pasado verano estuvimos participando en la décima Feria del Comendador de Añón, celebrada en dicha localidad durante el último fin de semana de junio.
Situado a los pies del Moncayo, Añón es un pueblecito de apenas unas 200 almas, al que se accede siguiendo la carretera del monasterio de Veruela, punto, casi de obligada visita, para los amantes de la cultura.
Situado en lo más alto, su castillo obra del siglo XIV, consta de cinco sólidas torres de planta cuadrangular. En el interior de lo que fue el recinto amurallado, se alza la iglesia parroquial de Santa María, cuya torre se alza sobre los restos de una que formó parte del castillo. La portada románica con arquivoltas sobre capiteles lisos del siglo XIII luce sólida y expléndida en nuestros días. El conjunto forma un marco idóneo para la organización de este evento.
Como cada año, Añón rememora su pasado histórico con la celebración de esta fiesta, de caracter medieval, que ya ha cobrado arraigo entre sus habitantes, quienes para la ocasión se visten de época y colaboran en la ambientación y demás actividades.
Ya seas un vecino de la localidad, o simplemente un visitante de paso...
... las actividades programadas están pensadas para sentirte un autentico viajero en el tiempo
no importa la edad que tengas...
...o tus aptitudes
Este año entre las novedades, se incluyó una pequeña recreación en la que se representaba la "entrega de llaves" de la villa y fortaleza a los Caballeros de la Orden del Hospital de Jerusalén.
Nos despedimos con la imagen del momento de la lectura del testamento del rey Alfonso I "El Batallador".
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