sábado, 23 de enero de 2016

Fernando II de Aragón: un rey para la historia



Tal día como hoy...



...un 23 de enero de 1516, justo hace 500 años, muere en Madrigalejo (Cáceres) el rey Fernando II de Aragón, más conocido como Fernando el Católico.








En nuestra asociación Mesaches no hemos querido dejar pasar esta ocasión sin dedicar un momento de atención para recordar a uno de los monarcas más influyentes de su época. Con esta primera entrada, abordaremos someramente los importantes acontecimientos que marcaron su infancia y juventud que harían de él un hábil político y un excelente estratega militar.



Nacido en 1452, en la bella localidad zaragozana de Sos, Fernando era hijo de Juan II de Aragón y de Juana Enriquez su segunda esposa. 



Sos del Rey Católico (Zaragoza) 



No fue casualidad, que Fernando naciera en tierras aragonesas. Sería su madre, apunto de dar a luz,quien eligiera trasladarse a este Reino para que naciera aquí su hijo. Mientras, su padre se enfrentaba a su primogénito, en una guerra abierta por la herencia de su madre, la corona de Navarra.

Aquí nació Fernando II


De sus años de infancia es poco lo que nos cuentan las crónicas, se desconoce por ejemplo incluso el nombre de quienes fueron sus primeros educadores. 



Podemos decir que tuvo una infancia muy ajetreada y nada convencional, en relación con la educación recibida por los príncipes de la época. Posteriormente recibiría las enseñanzas del humanista Vidal de Noya y del obispo Juan Margarit. Aún siendo sus orígenes castellanos (la casa de Trastámara), su padre quiso educarlo a la manera de la realeza aragonesa. 


Esto implicaría un contacto más cercano con su padre, así como en los asuntos del reino y adquirir responsabilidades a una edad muy temprana. Vivió guerras, motines y todo tipo de conjuras y traiciones como la sublevación de su hermanastro Carlos de Viana, hijo del primer matrimonio de Juan con Doña Blanca de Navarra, contra su propio padre o el conflicto catalán entre 1462 y 1472 (ver mas abajo breve historia de Juan II de Aragón). 



A instancias de su padre, el joven Fernando tomará pronto parte activa en la administración del estado, participando en las distintas vicisitudes bélicas y políticas del momento. Esto le proporcionaría un precoz aprendizaje, tanto de los asuntos militares, como de los de gobierno. Sin duda, de esta ajetreada etapa de su vida tomó buena cuenta en aquellos años, para ser capaz después de desarrollar su brillante trayectoria posterior, que le merecerá ser reconocido internacionalmente por sus coetáneos como todo un ejemplo de virtud y buen gobierno (Es de sobra conocido que buena parte de la obra de Maquiavelo, el príncipe, un tratado de teórica política publicado en 1513, esta inspirada en su persona).



Con seis años ya era duque de Montblanc y conde de Ribagorza. A la edad de nueve años, al fallecer su hermanastro el Príncipe de Viana, es jurado como heredero de Aragón en las Cortes de Calatayud celebradas aquel mismo 1461. 



Siete años después, fallece su madre Juana, ese mismo año 1468, es coronado rey de Sicilia en la catedral de La Seo. Por entonces se prometerá en matrimonio con su prima segunda, la infanta Isabel, hermanastra del rey Enrique IV de Castilla apodado "el impotente".


La promesa de casamiento de Isabel con Fernando no gustó a Enrique, que había buscado para ella otros pretendientes, como el rey de Portugal un hombre bastante mayor que ella o el duque de Berry (hermano del rey de Francia) un hombre de aspecto triste. Sin embargo Isabel oponiéndose a los deseos de su hermano puso sus ojos en Fernando, un muchacho guapo y cortés casi de su misma edad, con el cual comenzó a cartearse en secreto. Enrique, al enterarse, amenazó con arrestarla y traspasar la sucesión del trono a su hija Juana de Castilla apodada "la Beltraneja", pero Isabel huyó a refugiarse a su ciudad natal, Madrigal de las Altas Torres. 

El arzobispo de Sevilla partidario de "la Beltraneja" dispuesto a encerrar a la novia en la prisión real de Madrid marchará con un numeroso grupo de jinetes a detenerla. Los servidores de Isabel la abandonan, sus damas de compañía escapan, pero Carrillo, arzobispo de Toledo, advertido por Isabel del peligro que la amenaza, se adelanta a su colega sevillano y con un destacamento de caballería protege a "la Cátolica" que yendo a caballo se dirige a Valladolid. Allí recibirá una entusiasta acogida por parte de sus habitantes. 

Los consejeros de Isabel deciden que se debe celebrar el matrimonio sin tardanza enviando a Fernando dos emisarios disfrazados de mercaderes quienes instan a este a que se reúna con Isabel en Valladolid. Para evitar las patrullas de vigilancia establecidas en la frontera por los partidarios de "la Beltraneja", Fernando recurre a una argucia. Enviará un gran cortejo a Castilla en donde se supone que el viajaba y mientras, él mismo disfrazado de mozo de mulas cruzaba la frontera por otro lugar hacia Valladolid donde lo esperaba Isabel para casarse. Viajando casi siempre de noche, Fernando no llamará en ningún momento la atención hacia su persona metiéndose completamente en su rol sin delatar su condición monárquica. Tras duras etapas de viaje, una oscura noche de octubre se presentan ante las murallas de Valladolid, los vigías confundiendo el convoy con una partida de merodeadores disparan una catapulta. Es entonces cuando Fernando da a conocer su verdadera identidad. Heraldos y trompeteria anuncian entonces la llegada del novio. 

A la mañana siguiente y en presencia del arzobispo Carrillo, Fernando e Isabel, por fin tendrán ocasión de conocerse personalmente, pues hasta entonces solo habían tenido oportunidad de cartearse. La boda que celebrará el propio arzobispo tendrá lugar tan solo cuatro días después. El dinero para los gastos de la ceremonia fue prestado por los banqueros judíos. Isabel y Fernando ya que eran primos segundos, necesitaban una dispensa papal para poder celebrar su casamiento. La dispensa no llega a causa de la influencia sobre el Papa de los detractores de Isabel. El arzobispo de Toledo y Fernando hacen una dispensa falsa sin que Isabel lo supiera. Fue en el siguiente pontificado cuando les concedieron dicho documento. 

Enrique, al haberse casado Isabel sin su consentimiento la declara desposeída de sus derechos a la sucesión que recaerá a partir de ahora oficialmente sobre Juana a quién reconoce bajo juramento suyo y el de su esposa como hija propia. La situación desemboca en Castilla en una autentica guerra civil entre partidarios de una y otra heredera. 

Anexo 1

Aunque le dedicaremos una entrada en exclusiva a Juan II entre las que de este blog destinemos a los distintos reyes del Aragón ,os dejamos aquí un breve apunte de su trayectoria. 

JUAN II

Nacido en Medina del Campo en el año 1398, era hijo de Fernando I de Antequera y de Leonor Urraca de Castilla.

Rey de Navarra por su matrimonio con Doña Blanca con quien tuvo un hijo, Carlos de Viana, a quien desheredó acusándole por conducta desleal.

En ausencia del reino de su hermano Alfonso V fue lugarteniente de Aragón desde 1435. A la muerte de este será coronado rey de Aragón en 1498 jurando los fueros ese mismo año ante el Justicia. Su conflicto con el príncipe de Viana daría pie a la guerra con Cataluña en 1461, donde lo preferían como heredero frente a Fernando, hijo de su segunda esposa Juana Enriquez. 

Los catalanes ofrecerían la soberanía a Enrique IV de Castilla, después a Pedro, Condestable de Portugal, y finalmente a Renato de Anjou. El rey Juan ganaría definitivamente la guerra en 1472. 

Juan II murió en Barcelona en el 1479 a la edad de ochenta y un años.



Anexo 2 

También hemos querido incluir aquí siquiera unas lineas sobre quien bien pudiera haber sido en otras circunstancias rey de las coronas de Aragón y Navarra. 


CARLOS DE VIANA 

Nacido en Peñafiel, (Castilla) en el año 1421. Hijo primogénito de Juan II y de su matrimonio con la reina Blanca de Navarra. 

Se educó e inicio su gobierno en Navarra. personaje culto, de educación humanista, recorrió los distintos países que componían la corona de Aragón. organizó en torno suyo una corte refinada donde la cultura era una seña de identidad, lo cual le dio gran fama de mecenas. Amante de las artes y de las letras el mismo era poeta y traductor de Aristóteles. 

Por su rivalidad con su padre se vio inmerso en distintas guerras civiles, en Navarra junto al partido beamontes y teniendo como aliados a los enemigos castellanos de su padre. Posteriormente en los precedentes de la guerra civil catalana, pues al ser apresado por orden de su padre, se avivará la oposición catalana contra Juan dando lugar a la formación de un ejercito que al asediar Lérida hará huir al rey a las tierras de Aragón. Posteriormente se reconciliaría con su padre, aunque su segunda esposa Juana Enriquez, lo pondría en su contra en favor de su propio hijo Fernando. 

Carlos de Viana murió en Barcelona en el 1461 a la edad de cuarenta años.