domingo, 16 de febrero de 2014

Los caballeros monjes


En el reino cruzado, poco después del año 1100, surgió un nuevo tipo de caballero. Hoy hablaremos de su origen.

Ya incluso antes de la primera cruzada había habido hospitales cristianos en Jerusalén, atendidos por hombres abnegados que solían ofrecer cobijo a los peregrinos y cuidar de los enfermos y de quienes habían sido asaltados o saqueados en los caminos. Ahora, esos hombres decidieron organizarse con un grupo de monjes: obedecían unas normas muy estrictas y no guardaban nada para sí mismos, sino que daban cuanto poseían a su hospital. El Papa los reconoció en 1113 como la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén.

Mientras tanto, se formó otro grupo de hombres que preferían proteger a los peregrinos combatiendo contra quienes pudieran atacarles, ya fueran forajidos o sarracenos. Este puñado de caballeros recibió una casa cerca de una iglesia conocida como el Templo de Salomón, y se llamaban a sí mismos Caballeros Pobres de Cristo y del Templo de Salomón, o Templarios. Esta nueva orden fue confirmada por el Papa en 1128.

Desde el principio, los templarios servían a Dios por medio de la lucha, y pronto dejaron de limitarse a proteger a los peregrinos para empezar a atacar a los sarracenos donde quiera que los encontraran.

La idea de una orden de caballeros que juraban abandonar la riqueza y los placeres mundanos para obedecer ciegamente las órdenes de sus superiores y entablar una guerra sin final contra los enemigos de Dios, atrajo a muchos hombres, y había muchos más que veían con satisfacción su aparición. Los grandes señores de los reinos de Europa occidental cedían tierras a los templarios para que pudieran armarse adecuadamente, contratar jinetes ligeros de la zona que les guiaran y construir formidables castillos que aún hoy día se alzan sobre el paisaje de Palestina y Siria.


Imagen de una de nuestras figuras recortables



En 1150, los Hospitalarios se convirtieron en una orden guerrera, aunque siguieron ocupándose de los pobres y los enfermos, como aún hacen sus sucesores. Los caballeros alemanes formaron la orden Teutónica, que luchó en parte en Tierra Santa, pero sobre todo en las fronteras nororientales de su propio país, contra las tribus prusianas ateas.









En España, donde los cristianos estaban demasiado ocupados en su propia cruzada contra los moros (que aún dominaban la mitad de la península) se formaron distintas órdenes militares para ayudar a los monarcas en sus campañas de reconquista. Castilla contaría con las órdenes de Calatrava, Santiago y Alcántara, mientras que por su parte Aragón lo haría con las de Montesa y San Jorge.

Imagen de una de nuestras figuras recortables



Hoy día, el Vaticano solo reconoce y tutela a siete Órdenes de Caballería: Suprema de Cristo, Espuela de Oro, Piana, San Gregorio Magno, San Silvestre Papa, Militar de Malta y Santo Sepulcro de Jerusalén.





Si quieres saber más información sobre otras ordenes de caballería, las denominadas laicas o seglares pincha en este enlace interno: 
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