sábado, 9 de septiembre de 2023

Reinos de Taifas: Zaragoza

Como ya explicábamos en nuestra anterior entrada dedicada a la Taifa de Albarracín, en el año 1002 en la Península Ibérica, tras la muerte de Almazor, general en jefe de los ejércitos del débil Hixem II, se apodera del trono de Al- Andalus, Solimán, un usurpador cuya ambición personal cubrirá de sangre su reinado, hasta ser finalmente asesinado. Los nobles cordobeses nombran entonces al omeya Hixem III, pero es todavía más calamitoso que el segundo de los Hixem, por lo que pronto, la anarquía, destruirá la unidad árabe en España. Se crearán los llamados Reinos de Taifas. Casi cada ciudad o pueblo de Al-Andalus se proclama independiente, poniendo a su frente a notables locales.

La taifa de Zaragoza (llamada Sarakusta por entonces) contó con dos dinastías que se sucedieron a lo largo de un siglo en el trono.

Los tuyibies, descendientes de los árabes del sur que a comienzos del IX se habían establecido en la ciudad, así como en Calatayud y Daroca, y los Banu Hud, también árabes, que les arrebatarían el poder en el 1038.
Mundir I será el nombre del primer monarca de la taifa zaragozana una de las más extensas de la península. Un territorio que abarcaba importantes ciudades como Tudela, Huesca, Lérida Barbastro, Ejea y al sur Soria, Tarazona, Calatayud y Daroca.
Mundir, hijo de un sencillo caballero del ejército de Almanzór, había servido a las órdenes de los califas cordobeses, quienes le otorgaron su confianza ante el valor y destreza demostrados por este. Será en el año 1018 cuando Mundir se sentirá lo bastante fuerte como para proclamar su independencia del todavía existente Califato de Córdoba, fundando el Califato de Zaragoza. Aunque llegó a reinar tan solo tres años. Su hijo Yahya lo haría hasta el 1036 año en que accedería al trono el nieto, con el nombre de Mundir II y que tan solo reino dos años. Con apenas 19 años fue asesinado instalándose ahora en la taifa la dinastía de los Banu Hud que reinó hasta el 1046. A su muerte el reino de Sarakusta había sido dividido entre sus cuatro hijos, resultando las taifas de Lérida, Tudela, Calatayud y Zaragoza. pero el hermano mayor al-Muqtadir, haciéndose titulara "pilar de la dinastía" reducirá a sus hermanos, reunificando de nuevo el reino. Su reinado fue largo y se caracterizará por una gran actividad tanto política como culturalmente. Luchará en ocasiones contra los cristianos y en otras se aliará con ellos. 


El Cid visita la taifa zaragozana, recreación histórica realizada durante las primeras Justas de San Jorge.


Dará al reino salida al mar, conquistando Tortosa y conseguirá que su corte fuera una de las más brillantes del siglo, dando cobijo en ella a poetas, intelectuales y científicos, muchos de ellos huidos ante la intransigencia impuesta en Córdoba en los últimos años del Califato.



Al-Muqtadir fue quien mandará construir el palacio de la Aljafería o "mi palacio de la alegría" (Abu Ya´far) como lo llamó el mismo califa. En él, y bajo su propio mecenazgo protegerá las letras y las artes.



Durante aquella época, la taifa zaragozana vivirá un periodo de esplendor en el que impartirán sus enseñanzas poetas, filósofos y juristas desde principios del siglo XI. Serán estos el germen que propiciará la formación de intelectuales autóctonos que comenzaran a proliferar a mediados de esa centuria. Un ejemplo de ello es el gran erudito,  Avempace, uno de los pensadores más influyentes del Islam, destacando sus estudios en astronomía, matemáticas y literatura. Avempace se vio obligado a abandonar la ciudad al ser conquistada por los cristianos en el año 1118, contaba con unos treinta años de edad. Morirá en la ciudad de Fez en 1138. Sus aportaciones filosóficas influirán tiempo después en intelectuales como Aberroes o Maimónides.


A la muerte de al-Muqtadir, la taifa de Zaragoza caerá irremisiblemente en decadencia, sin que ninguno de sus sucesores pudiera ser capaz de hacer algo por evitarlo.
Yusuf al-Mu´tamin reinó tan solo durante cuatro años (1081-1085), le siguió en el trono Ahmad al-Musta´in (1085-1110) y finalmente ´Abd al-Malik que solo se mantuvo en el cargo durante algunos meses (de enero a mayo del 1110).
La presión ejercida por los reinos cristianos se había vuelto tan fuerte a partir del siglo XI, que muchas taifas se convirtieron en tributarias de estos. Mediante el pago de las llamadas parias, las distintas taifas se pretendían asegurar no ser molestadas por sus vecinos cristianos. Pero este sistema a la larga, llevará a la ruina a estas taifas, que terminarán por caer en manos de los cada vez más nutridos (y bien pertrechados a su costa), ejércitos cristianos. Y no solo cristianos.
Esta misma debilidad fue la causa del fin de los reinos de taifas a manos de los almorávides, una secta surgida en el norte de África, que atravesando el estrecho, en el 1086 extiende con rapidez su dominio por toda la península.
Ante el avance de los ejércitos cristianos en el norte y la incapacidad de ponerles ningún freno, el 31 de mayo de 1110  el gobernador almorávide de Valencia, a petición de los propios habitantes de Zaragoza, toma posesión de la ciudad. Su último rey, ´Abd al-Malik se retirará al castillo de Rueda de Jalón, desde donde gobernará un pequeño señorío hasta su muerte, ocurrida en 1130.