viernes, 30 de diciembre de 2016

Fernando de Aragón (III)

Fernando II de Aragón. Sus últimos años

Tercera y ultima entrada dedicada a nuestro rey Fernando.
Toca ahora hablar del radical cambio de planes en que se embarca Fernando tras la muerte de su esposa y que de haberse llevado a buen término, hubieran reescrito nuestra Historia.


Las políticas matrimoniales


Para afianzar lo conseguido hasta entonces de cara al futuro, Isabel y Fernando establecieron alianzas estratégicas con muchos de los reinos cristianos, concertando las bodas de su hijo y sus hijas. 


A Isabel la casarán con el rey de Portugal; a Juan y a Juana con Margarita y Felipe hijos de Maximiliano I de Austria. María ocuparía el lugar de su hermana mayor cuando esta murió. Catalina, la hija pequeña, se marcharía a Inglaterra para casarse con Enrique VIII.


Pero el destino no pudo ser más trágico para con sus descendientes:

Isabel, tras enviudar de Alfonso de Portugal  en 1491 se casó con el heredero Manuel I pero murió en el parto de su primer hijo en 1498. Juan, heredero de las coronas de Aragón y Castilla fallecía en 1497 con tan solo 19 años de edad de tuberculosis. El hijo que gestaba su esposa nacería muerto.
Juana casada con Felipe el Hermoso, heredero a la corona del Sacro Imperio Germánico, tras morir su marido en 1505 tuvo que ser recluida por su inestabilidad emocional.
María, que llegó a tener hasta 10 hijos, murió a consecuencia de un parto en 1517.



Por último, la menor, Catalina, se casaría con Arturo de Gales en 1501, aunque aquel matrimonio duraría poco pues al año siguiente fallecía su esposo. Adoptará segundas nupcias con su cuñado, Enrique VIII. Tras dar a luz a cuatro niños muertos, nacerá una niña, María. El hecho exasperó a Enrique quién la repudio para casarse con su amante Ana Bolena y buscar un heredero varón. Catalina fue recluida en un castillo hasta su muerte en 1536. No obstante su hija acabaría convirtiéndose en la reina de Inglaterra, María Tudor.


Así pues, tras esta sucesiva serie de desgracias, como único heredero varón a suceder las coronas de Castilla y Aragón, quedaba el hijo primogénito de Juana y Felipe.

La reina Isabel dicta su testamento


Durante su reinado, los reyes católicos habían conseguido reducir el poderío, a veces llevado a la tiranía, de la levantisca nobleza castellana. Se les hizo pagar impuestos, se redujeron sus privilegios, se derribaron sus castillos… Este férreo control a la aristocracia castellana será la clave para entender su empeño en retirar a Fernando de los asuntos de Castilla tan pronto tuvo lugar la muerte de Isabel, aun a pesar de haber sido nombrado por ella en su testamento “Curador y gobernador del Reino”.


Pero los nobles querían recuperar sus antiguos privilegios a toda costa, cosa que esperaban conseguir poniéndose del lado de su hija Juana y su marido Felipe de Habsburgo. Esto en la práctica supondría dejar el reino en manos de un extranjero, quien no tendría ningún inconveniente en beneficiar a los suyos a costa del erario castellano, circunstancia que Isabel ya preveía al redactar el testamento en favor de su marido. Se cumplirían así las sospechas de su difunta esposa a cerca de las indeseadas influencias y chanchulleos de extrajeros en los asuntos castellanos.


Fernando, sin apenas apoyos en Castilla, no podía hacer otra cosa que renunciar a sus cargos y volver su mirada hacia sus propios territorios, en plena expansión por el Mediterráneo.
Las decisivas victorias de Ceriñola y Garellano, en 1503, obtenidas por Gónzalo Fernández de Córdoba, más conocido como “el gran Capitán”, en aquellas tierras le habían abierto las puertas de la conquista de Nápoles.




Gonzalo Fernández de Córdoba


No, decididamente no. La Corona de Aragón era su legado y no estaba dispuesto a consentir que acabara en manos de ese presuntuoso de Felipe. Fernando necesitaba urgentemente un nuevo heredero y una nueva política exterior a su alrededor.


En 1505 contrajo matrimonio con Germana de Foix, sobrina del monarca francés, asegurándose así unas favorables relaciones diplomáticas con nuestros vecinos del norte. De esta unión nacería, su hijo Juan de Aragón, el cual viviría apenas unas horas.


Pero, para entonces ya había acontecido la muerte de Felipe (1506) y su hija Juana daba claros síntomas de incapacidad mental para gobernar el reino. El cardenal Cisneros es nombrado presidente del consejo provisional de regencia, el cual ante el aumento del desorden público en Castilla reclamará a Fernando como rey regente de nuevo.


En aquellos momentos Fernando se encontraba en Nápoles donde se encargaba de organizar la administración del nuevo estado del cual el Papa le había coronado en 1505 como rey, puesto que tras la firma del tratado de Lyón, del 11 de febrero de 1504, se habían dado por finalizadas las hostilidades entre el rey francés y el aragonés.

Durante los dos siglos siguientes el reino de Nápoles formará parte de los dominios de la Corona de Aragón.





La anexión de Navarra

La última de las grandes aventuras en las que se embarcó el rey Fernando, será conseguir el viejo sueño de la incorporación del reino de Navarra, del cual su padre había ostentado la corona. La ocasión vendrá dada con motivo de los conflictos habidos en Italia con el rey francés.
Tras el apresurado cese de hostilidades en Italia, Fernando se esperaba nuevos movimientos de tropas francesas en aquella península.



La reina Catalina de Navarra y su esposo el magnate francés Juan de Albret, mientras negociaban su neutralidad con Fernando estaban al parecer por otro lado, en tratos con Luis XII firmando el llamado "tratado secreto de Blois" 



Enterado Fernando reaccionaría de manera fulminante enviando a la zona a don Fadrique de Toledo, duque de Alba al frente del ejercito castellano. Por su parte Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza al frente de las tropas aragonesas se internará en tierras navarras poniendo sitio a la ciudad de Tudela.


El 25 de junio de 1512 las tropas de don Fadrique, sin encontrar apenas resistencia, entraban en Pamplona con el apoyo de una parte de los propios navarros, los llamados behamonteses, partidarios de la incorporación a los reinos peninsulares.


Francia trató de ayudar a los reyes navarros. pero después de tres tentativas de ataque, sucesivamente rechazadas por las tropas fernandinas, los ejércitos franceses debieron retirarse hasta el otro lado de los pirineos, donde un fragmento de Navarra quedaría en poder de los franceses cuyos reyes se titularán por ello en adelante y hasta 1793, reyes de Francia y de Navarra.



La ocupación  del territorio navarro peninsular se legalizará con dos bulas del papa Julio II por la que se excomulgaba a los reyes navarros como aliados del ya antes, así mismo excomulgado, rey francés. La incorporación del reino de Navarra a la Corona nunca significó subordinación. Navarra continuó teniendo Consejo, Cortes, legislación y moneda propia.




Los últimos días de Fernando


En 1513 don Fernando cae enfermo, se sospecha que a causa de la ingesta de afrodisiacos consumidos en el intento de engendrar un heredero a la corona de Aragón, con su segunda esposa Germana.


El 23 de enero de 1516 Fernando se dirigía a Sevilla, la caravana, hubo de detenerse en un lugar llamado Madrigalejo, El rey se encuentra muy mal, lleva ya demasiado tiempo enfermo,  cansado, abatido, las fuerzas no le acompañan. Los médicos no se ponen de acuerdo en su dolencia. Cree llegado su final y solicita la extremaunción. Deja dispuesto como última voluntad, ser enterrado en la ciudad de Granada junto a su primera esposa, la reina doña Isabel.




Anexo I

Los Reyes Católicos


CRONOLOGÍA

1469 Matrimonio de Isabel de Castilla con Fernando de Aragón 
1474 Muerte del rey Enrique IV de Castilla. Comienza la guerra entre los partidarios de Isabel, hermana del rey, y de Juana, su hija. Portugal y Francia apoyan a Juana. 
1476 Victoria de los partidarios de Isabel en la batalla de Toro. Creación de la Santa Hermandad.
1478 Se establece en Castilla el tribunal de la Inquisición. 
1479 El Tratado de Alcaçovas pone fin a la guerra. Alfonso V de Portugal reconoce a Isabel. Castilla y Portugal se reparten las esferas de influencia en el Atlántico: la primera se asegura las islas Canarias, a cambio de no navegar al sur del cabo Bojador. 
1482 Inicio de la guerra de Granada. 
1486 La Sentencia Arbitral de Guadalupe pone fin al conflicto remensa. 
1492 Boabdil, el último rey de Granada, entrega la ciudad a Isabel y Fernando. Decreto de expulsión de los judíos. Descubrimiento de América por Cristóbal Colón. 
1496 Termina la conquista de las islas Canarias. 
1497 Conquista de Melilla. 
1502 Bautismo obligatorio de los musulmanes 
1504 Muerte de Isabel la Católica 
1505 Fernando el Católico controla el reino de Nápoles, tras las victorias de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, sobre los franceses. 
1515 Incorporación del reino de Navarra a la Corona de Castilla 
1516 Muerte de Fernando el Católico 



Anexo II

Mejor suerte que sus hermanastros corrieron los otros hijos, de Fernando, los ilegítimos. 
Alonso y Juana hijos Aldonza Ruiz de Ivorra, perteneciente a la nobleza catalana. A él, lo nombró arzobispo de Zaragoza y tras la muerte  de Fernando ocuparía el cargo de lugarteniente general de Aragón. Y Juana, condesa de Haro, fue segunda esposa de Bernardino Fernández de Velasco condestable del reino de Castilla.
María Esperanza, hija que tuvo con doña Toda de Larrea de familia noble Vizcaína, fue abadesa de Nuestra Señora de Gracia Real, uno de los conventos más importantes de Castilla, en Madrigal de las Altas Torres.
Y María Blanca, fruto de sus amoríos con Juana Pereira, ocupó también el puesto de abadesa tras la muerte de su hermanastra María Esperanza. Ambas debido a su condición de abadesas tuvieron acceso a importantes ingresos económicos.