miércoles, 24 de junio de 2015

Batallas de la Edad Media: Sluys, 1340


Tal día como hoy...

24 de junio de 1340, tuvo lugar la 
batalla de L´Ecluse, también llamada de Sluys.


Introducción



Continuando nuestra serie de entradas relativas a grandes batallas de la edad media, esta vez le ha tocado el turno a L´Ecluse. Ubicada en el contexto de la guerra de los Cien Años, se trata de un enfrentamiento entre las flotas francesa e inglesa. Pocas son las batallas navales de importancia que se dieron en la Edad Media.
 L´Ecluse es una de ellas.

Los primeros momentos de la guerra de los Cien Años se caracterizaron por una constante lucha en el mar entre corsarios, piratas y mercantes franceses e ingleses, esperando cada bando obtener beneficios privando además al contrario de importantes suministros. Los ingleses por su condición de isleños, estaban mucho mejor preparados para la guerra naval. Y así lo demostrarían una vez más.


Preparativos de Guerra


La flota de Felipe VI de Valois, formada unas 200 naos reforzadas por las galeras mercenarias de Egidio Boccanegra, destacado marino de la época, se encontraba el 8 de junio, fondeada en el estuario de L´Ecluse, en los Países Bajos, en espera de la invasión anunciada por Eduardo III para el día de San Juan.
El 23, la flota inglesa, unos 250 barcos no todos ellos de combate, tocaba tierra muy cerca de L´Ecluse, en Blakenberghe, tan solo a unos kilómetros al oeste. A la mañana siguiente levaron anclas y se dirigieron a mar abierto hacia el Este. Cuando arribaron a la altura del estuario del Zwin, tenían a su favor el viento que los empujaría por popa hacia tierra, y la marea ascendente que les favorecería el avance.

Varios capitanes de navíos franceses avisaron de lo peligroso que podría resultar permanecer amarrados entre sí en un lugar tan estrecho como aquel sin poder maniobrar, con el viento soplando tierra adentro y las mareas fluctuando. Pero sus superiores, el almirante Hugo Quiéret y el vicealmirante Nicolás Behuchet, hicieron caso omiso de sus advertencias. Fue Boccanegra, quien más insistió en lo desafortunado de tal decisión, aconsejando salir a mar abierto. Pero el vicealmirante Behuchet dio la orden contraria, de forma que los barcos continuaron anclados. Muy pronto los marinos franceses fueron conscientes de la errónea determinación del alto mando de amarrar la flota en tal lugar con semejantes corrientes. Bocanegra decide desobedercer las ordenes y romper la formación avanzando al encuentro del enemigo. Para cuando los almirantes comprendieron su desacierto, los barcos galos estaban ya completamente desordenados. 


Los barcos franceses se alinearon a lo ancho de los 5 km. que separan ambas orillas



Navíos ingleses en color rojo
Navíos franceses en color azul


La batalla naval



Es a eso del mediodía, cuando la flota inglesa se precipita contra la adversaria, sumida en el más absoluto caos. Se adelantarán los cuatro navíos de mayor envergadura con que cuentan, entre ellos el del propio rey Eduardo. El enfrentamiento comienza con una devastadora lluvia de flechas a cargo de los temibles long bows ingleses. Por su parte los franceses respondieron con sus ballesteros, un arma mucho más lenta de cargar, la ballesta demostró su enorme desventaja frente al arco largo ingles a lo largo de esta primera fase del combate. 

Llegó el momento del abordaje. La lucha cuerpo a cuerpo fue terrible. Como en todas las batallas navales en la Edad Media: cuando un barco era abordado no existían reglas de cortesía, el enemigo derrotado era asesinado hasta el último hombre puesto que se luchaba hasta el final dado que no había lugar donde retirarse.


Los franceses combatieron bien, incluso en algún momento cobraron ventaja Se combatió durante horas hasta el  anochecer: Para entonces la tercera línea francesa compuesta por unos 60 barcos todavía aguantaba, además algunas naves supervivientes pudieron escapar y reunirse con las fuerzas de Boccanegra. Mientras durante aquella noche todavía continuaba el combate entre dos navíos, Eduardo se preparará para el asalto final al día siguiente. Pero este último asalto no llegó a celebrarse; esa misma noche una fuerza de unos 10.000 flamencos, aliados de los ingleses, y reunidos en los diques gracias a la actuación del obispo de Lincoln enviado con esta misión por el rey de Inglaterra, se abalanzaron sobre sus barcas y se lanzaron al abordaje. Las tripulaciones francesas, sorprendidas mientras descansaban tras la agotadora jornada, fueron aniquiladas.



Y ahora jugemos ...


L' Ecluse es una de las batallas navales que hemos reproducido en más programas de juegos de estrategia, a lo largo de estos años. Tratamos así de llegar con ella a un mayor número de aficionados.

En todos los casos las fuerzas  navales  de ambos jugadores están bastante equilibradas. Las tropas flamencas están situadas lo bastante alejadas para que no pueda contarse con ellas hasta que la batalla naval esté bastante desarrollada. Los recursos (o más bien la falta de ellos) no serán un problema en ningún caso. Así que desde el principio, hay que centrar la atención exclusivamente en los barcos.

Ya avisamos de antemano a los más puristas que, aunque los primitivos cañones navales no harán su aparición hasta probablemente finales del siglo XV, todos los programas que hemos utilizado en la recreación de la batalla parten de navíos armados, aun los más primitivos, con artillería de pólvora, adelantándonos en más de un siglo a la Historia (es lo que hay o al menos de lo que nosotros disponemos).


Otras entradas  de nuestro blog relacionadas:
- Estrategia militar en el medievo
- Los caballeros medievales
- Los caballeros tras la derrota

Además desde el buscador, podrás encontrar descripciones de batallas, asedios o escaramuzas como:
Grandson, Orewin Bridge, Kalka, Formigny, Legagno, Roncesvalles, Manzikert, Poitiers, Hastings, Las navas de Tolosa, Zaragoza...


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