En el reino cruzado, poco después del año 1100, surgió un nuevo tipo de caballero. Hoy hablaremos de su origen.
Ya incluso antes de la primera cruzada había habido hospitales cristianos en Jerusalén, atendidos por hombres abnegados que solían ofrecer cobijo a los peregrinos y cuidar de los enfermos y de quienes habían sido asaltados o saqueados en los caminos. Ahora, esos hombres decidieron organizarse con un grupo de monjes: obedecían unas normas muy estrictas y no guardaban nada para sí mismos, sino que daban cuanto poseían a su hospital. El Papa los reconoció en 1113 como la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén.
Mientras
tanto, se formó otro grupo de hombres que preferían proteger a los peregrinos
combatiendo contra quienes pudieran atacarles, ya fueran forajidos o
sarracenos. Este puñado de caballeros recibió una casa cerca de una iglesia
conocida como el Templo de Salomón, y se llamaban a sí mismos Caballeros Pobres
de Cristo y del Templo de Salomón, o Templarios. Esta nueva orden fue
confirmada por el Papa en 1128.
Desde
el principio, los templarios servían a Dios por medio de la lucha, y pronto
dejaron de limitarse a proteger a los peregrinos para empezar a atacar a los
sarracenos donde quiera que los encontraran.
La
idea de una orden de caballeros que juraban abandonar la riqueza y los placeres
mundanos para obedecer ciegamente las órdenes de sus superiores y entablar una
guerra sin final contra los enemigos de Dios, atrajo a muchos hombres, y había
muchos más que veían con satisfacción su aparición. Los grandes señores de los
reinos de Europa occidental cedían tierras a los templarios para que pudieran
armarse adecuadamente, contratar jinetes ligeros de la zona que les guiaran y
construir formidables castillos que aún hoy día se alzan sobre el paisaje de Palestina
y Siria.
Imagen de una de nuestras figuras recortables |
En 1150, los Hospitalarios se convirtieron en una orden guerrera, aunque siguieron ocupándose de los pobres y los enfermos, como aún hacen sus sucesores. Los caballeros alemanes formaron la orden Teutónica, que luchó en parte en Tierra Santa, pero sobre todo en las fronteras nororientales de su propio país, contra las tribus prusianas ateas.
En España, donde los cristianos estaban demasiado ocupados en su propia cruzada contra los moros (que aún dominaban la mitad de la península) se formaron distintas órdenes militares para ayudar a los monarcas en sus campañas de reconquista. Castilla contaría con las órdenes de Calatrava, Santiago y Alcántara, mientras que por su parte Aragón lo haría con las de Montesa y San Jorge.
Imagen de una de nuestras figuras recortables |
Hoy día, el Vaticano solo reconoce y tutela a siete Órdenes de Caballería: Suprema de Cristo, Espuela de Oro, Piana, San Gregorio Magno, San Silvestre Papa, Militar de Malta y Santo Sepulcro de Jerusalén.
Si quieres saber más información sobre otras ordenes de caballería, las denominadas laicas o seglares pincha en este enlace interno:
https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5447866300272323333#editor/target=post;postID=7698371130375575177;onPublishedMenu=posts;onClosedMenu=posts;postNum=0;src=pos
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