martes, 23 de abril de 2019

Aragón. Los orígenes de un reino.

Desde la Asociación cultural Mesaches, en su blog dedicado al medievo, hoy queremos dedicar una entrada al nacimiento de un Reino: Aragón.



Un poco de Historia

De los siglos VIII al X, el predominio islámico en el valle del Ebro fue total e incontestable. En las tierras altas, los cristianos, con escaso poder para oponerse a los musulmanes, solo pudieron comenzar a poner los cimientos del futuro Aragón con ayuda exterior de sus vecinos del norte, los francos.
Pero el fracaso de Carlomagno ante las puertas de la sitiada Zaragoza, y la posterior derrota infringida por los vascones en Roncevalles a la retaguardia de su ejército (ver anterior entrada, Roncesvalles. 778), habían marcado un punto de inflexión en su política exterior. Ahora Carlomagno, tratará de establecer un cinturón defensivo a su alrededor, mediante una serie de territorios-colchón que le protejan frente a posibles ataques externos. Se establecieron así varios condados sudpirenáicos, Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, entre ellos, delimitados por la geografía del entorno. Este acuerdo beneficiaba a ambas partes, puesto que los territorios cristianos de esta parte de los Pirineos buscaban por su parte auxilio en su defensa frente a los musulmanes. En sus primeros tiempos estos condados, debieron ser gobernados por dinastías francas como la del conde Oriol (o Aureolo), puesto al frente de Aragón por Carlomagno, o bien dinastías locales, aunque impuestas por los francos.
Pero estas dinastías, pronto se convirtieron en independientes. La decadencia del imperio carolingio al norte y la descomposición del Emirato al sur, conducirán a la pronta autonomía de los condados sudpirenaicos.
Geográficamente, el condado de Aragón se limitaba entonces a un pequeño territorio, vertebrado en torno a los valles de Ansó, Hecho, Aínsa y Canfranc, presionado por los gobernadores musulmanes de Huesca desde el sur,  por los carolingios y por los pamploneses desde el oeste.
Aznar Galindo, en el 810 será el primer conde de origen aragonés en gobernar este primitivo territorio que dará origen al futuro reino, consiguiendo establecer una auténtica dinastía condal aragonesa. Su hijo Galindo Aznar I figurará al frente del condado desde la década del 830. Su nieto Galindo Aznárez II (893-924) será el mas claro representante de esta independencia.
No obstante este periodo de independencia resultó breve (en términos de Historia). El rey navarro Sancho Garcés I (905-925), anexionó militarmente a su corona el condado de Aragón. Tras la derrota en el año 920 casará a su hijo, el futuro rey García Sánchez I con la condesa Andregoto Galindez heredera del derrotado noble aragonés.


De Condado a Reino

Tan solo siete años después, en el 929, cierto hecho agrava las circunstancias políticas en el panorama peninsular. En el sur Abderramán se proclama Califa. Corren vientos de guerra. 
El valle del Sobrarbe, debido a su geografía, abierto al norte, y al este, cayó en manos de los musulmanes primero, de los condes de Ribagorza después, y finalmente acabó siguiendo su misma suerte.
La dinastía condal ribagorzana resistió las primeras embestidas musulmanas, pero a costa de un esfuerzo que sería incapaz de repetir. Finalmente el condado pasó a depender de los pamploneses entre 1017 y 1025.
Con la descomposición del Califato en 1031, el panorama cambia de nuevo y así tan solo cuatro años después, a la muerte de Sancho Garcés III de Navarra, más conocido simplemente como Sancho el Mayor (biznieto de Sancho Garcés I), Aragón recobrará su plena independencia jurídica.
Sancho el Mayor había gobernado un extenso territorio cuyo núcleo central era el reino de Navarra, conocido entonces en realidad entonces como reino de Pamplona, el cual era la base de su dominio patrimonial, herencia de sus antepasados. Además de este territorio, se encontraban bajo su control otros ganados por conquista, por dotes, o por herencias matrimoniales. (Así era considerado Aragón).
A la muerte de Sancho y en contra de la costumbre del mayorazgo, por la cual el hijo mayor hubiese heredado la totalidad del patrimonio familiar (según la leyenda fue un duro castigo a su hijo primogénito por acusar a su propia madre de adulterio, tras enfadarse con ella por no haberle dejado montar el caballo favorito del rey) los dominios del monarca serán disgregados y repartidos entre todos sus hijos, según estipulaba su testamento. García, el primogénito heredará el reino de Pamplona, (propiamente el territorio patrimonial) junto con algunos otros territorios. Su hijo Fernando, heredará el condado de Castilla, bastante mermado de su territorio original, Gonzalo por su parte se hará cargo de los condados de Sobrarbe y Ribagorza, y Ramiro, del de Aragón. Siendo hijos de rey, sus territorios son elevados directamente a la categoría de Reinos, aunque el testamento real establece una especie de tutelado del reino de Pamplona sobre el resto de territorios o nuevos reinos.

Ramiro I de Aragón


Ramiro en sus primeros años de reinado y debido a esta singularidad testamentaria, tendrá que atravesar por unos difíciles momentos tratando de afianzar en todo momento su posición e independencia frente a su hermano García, y frente a las ansias de su otro hermano Fernando, quien ambicionaba para sí el cobro de parias (impuestos que pagaban los distintos reinos de taifas a cambio de un acuerdo de no agresión o protección frente a terceros) de la cercana y rica taifa de Zaragoza.




A la muerte de su otro hermano, Gonzalo, en el año 1043, Sobrarbe y Ribagorza se incorporarán a la corona aragonesa, que duplicará así su tamaño. Con la definitiva unión de los tres territorios pirenaicos cristianos, se establecían las bases para la consolidación de un reino estable e independiente, que forjará su propia Corona.
Ramiro I consolidó las tierras ganadas a los musulmanes por su padre en la zona de las Cinco Villas, pero además incorporará a su reino las localidades de Artieda, Sigües y Ruesta, y en su expansión hacia el sur, conquistará Benabarre tratando de rodear Graus, principal obstáculo en su avance, para proceder a su posterior sitio. El monarca aragonés murió en el intento el 8 de marzo de 1064. Le sucedió en el trono su hijo Sancho Ramírez, con el cual Aragón dará un gran paso hacia la modernización y europeización del joven reino.

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